Conquista de lo inútil, de Werner Herzog (Blackie Books, 2010)

KURTZCARRALDO
O LA VOZ DE LA FIEBRE

Llamadme Werner. Sabed que también he perseguido siempre una ballena en mis películas y documentales, en todo mi discurso. Sabed que este diario es mucho más que una crónica de rodaje. Conquista de lo inútil es sobre todo una forma de hundimiento en la fiebre, un viaje hacia el corazón de las tinieblas en el que tiró de mí la obsesión hecha soga, mi conciencia como un arpón en aquél leviatán de madera blanca que remontaba una colina, río arriba. Porque era el monstruo quien nos arrastraba por la selva y no al revés.

Coppola tradujo el Kurtz de Conrad en Brando, yo quise a Kinski ―antes a Jagger, como si cierta geografía del rostro humano pudiera representar la naturaleza hostil― para mi versión del irlandés que soñó con un aria de Caruso en el centro vegetal de la desmesura. El libro de Conrad llevó su realidad un poco más allá para traer más verdad a los lectores. Mi película Fitzcarraldo operó en un sentido parecido, pues así funciona el lenguaje artístico y yo no me dedico a documentar verdades notariales, sino íntimas, como las del sueño que se manifiesta en la vigilia. Al regresar al diario me encontré desnudo y por eso sé que Conquista de lo inútil habla mejor de la fiebre y de mi humilde condición de artista que el resto de mi obra. Siempre tardo en releer mis diarios. También me tomé más de veinte años para publicar mi peregrinaje sobre el hielo entre Baviera y París, cuando mi paso lento quiso demorar la muerte de una amiga. Hago películas porque sé hacerlas. He probado con la música, ese lenguaje absoluto, dirigiendo Tanhäusser en Bayreuth, por ejemplo. Pero lo cierto es que me gustaría rodar y componer del modo en que escribo, sin producción ni efectos especiales, guiado por una suerte de delirio consciente, por una poética personal que intento no traicionar nunca ante la esencia contradictoria de las cosas. La escritura en mí es un caldo que hierve lento y deja los huesos limpios, una voz convaleciente que es amiga de la muerte y que, por eso mismo, descubre el lienzo luminoso de la vida.

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Publicado en la columna «These books are made for walking» de la revista BCN Week, número 85, abril de 2010. Ver en formato ISSUU (recomendado).