Atalanta en la Feria del Libro de Madrid


Desde mañana, viernes 30 de mayo, y hasta el domingo 15 de junio, la editorial Atalanta estará presente en la Feria del Libro de Madrid, en la caseta n.º 289 del Paseo de Coches del Parque del Retiro. Una vez más, tengo la suerte de regresar a la gran cita anual con el mundo del libro, en esta ocasión con el honor de hacerme cargo del espacio de Atalanta en la feria. De viernes a domingo, además, contaré con la ayuda de otro escritor, mi buen amigo Manuel Astur. Os esperamos con un montón de joyas para bibliófilos, mentes curiosas y lectores inquietos, como el segundo tomo de los Libros proféticos de William Blake, el Manual de filosofía portátil de Juan Arnau (que estará firmando en nuestra caseta la tarde del sábado 31), y todas las que ofrece el catálogo de uno de los sellos más selectos y genuinos de la última década en el panorama editorial hispanoamericano.

La caseta 289 está en el tramo final de la feria, si entráis por O'Donnell, o en el primer tercio, si lo hacéis por la Puerta del Ángel Caído, la que da a la Cuesta de Moyano. El horario es de 11 a 14 horas y de 18 a 21.30 horas, de lunes a viernes, y los sábados y domingos descansamos sólo entre las 15 y las 17 horas.

Por mi parte, el primer jueves de la feria, día 5, y de 19 a 21 horas, estaré firmando ejemplares de Agua dura, mi libro de relatos, en la caseta n.º 211 de Ediciones del Viento. Y el segundo jueves, día 12 y en el mismo horario, Manuel Astur firmará su novela Quince días para acabar con el mundo en la caseta n.º 285, de Principal de los Libros.

Madrid, Nebraska (Bartleby Editores, 2014)


El texto de contracubierta y la nómina de autores de este libro debieran bastar para presentarlo. Creo sinceramente que los veinte relatos de Madrid, Nebraska se defienden por sí mismos en la lectura y ofrecen una panorámica tan peculiar como cierta de una de las cuerdas del relato español de este siglo. Se trata del tercer libro colectivo del que me hago cargo oficialmente —hubo otros, en los que colaboré entre bambalinas—, y aunque con todos ellos he intentado desde hace cuatro años ayudar a difundir el género del cuento en España, cada uno tiene personalidad propia y obedece a planteamientos y objetivos diferentes.

Si Chéjov comentado (Nevsky Prospects, 2010) fue un punto de encuentro entre los cuentos nuevamente traducidos del maestro ruso y la mirada que sobre su obra proyectaron dieciséis autores hispanoamericanos, Mi madre es un pez (Libros del Silencio, 2011; con Juan Soto Ivars) supuso una aventura narrativa en toda regla, a través de treinta y tres relatos en torno a un tema, casi todos ellos inéditos y escritos para la ocasión por varios de los mejores narradores de las letras hispanas actuales, desde los ya consagrados entonces a otros que fueron en su momento apuestas de futuro y que hoy, tres años después, están confirmando su valía.

Con Madrid, Nebraska, sin embargo, me he planteado una labor distinta, de exploración e interpretación, después de varios años en los que, como crítico literario, profesor de narrativa y editor ocasional, he podido leer el grueso de la bibliografía que ha producido el relato español desde los años noventa y a lo largo del siglo XXI. Y durante esa tarea de escrutinio, ya en 2012, cuando trabajaba en otro encargo, me di cuenta de que la influencia del relato breve estadounidense en el cuento español contemporáneo no era sólo palmaria, sino rica, diversa y, en ocasiones, profunda. Llegado el momento, pensé en que no sería mala idea dejar de lado prejuicios y complejos, dar fe de ese trasvase literario y presentar una propuesta editorial al respecto que fuera al mismo tiempo un homenaje a aquellos maestros y una retrospectiva de buena parte de nuestros mejores narradores.

No deja de llamar la atención que haya sido precisamente un sello como Bartleby Editores el que haya apostado finalmente por el libro. A veces también pienso que preferiría no hacerlo, que para qué enredarse en esta clase de empresas, cuando ya he probado en mis carnes lo ingrato que puede resultar muchas veces embarcarse en un libro colectivo, sobre todo ahora que he ido soltando amarras y centrándome más en mi trabajo como autor. Pero luego me encuentro con el resultado, me doy cuenta de que al final tengo un estupendo libro de relatos en las manos y, sobre todo, de que un montón de lectores van a poder descubrir a grandes autores que quizá no conocían aún. Una vez más, un libro colectivo no es otra cosa que un mapa, una guía para que el lector construya su propio viaje más allá de la última página.

En este caso, además, el proyecto en torno a Madrid, Nebraska va a trascender las labores habituales de promoción de un libro, pues pretende convertirse en un espacio para la difusión de la mejor narrativa breve, tanto la que que se está publicando en este siglo en nuestro país, como la que se ha escrito desde el siglo XIX hasta nuestros días en los Estados Unidos. Para ello, estamos llevando a cabo iniciativas como la sección de Firmas invitadas en el blog del proyecto, por la que ya han pasado y seguirán pasando muchos de los autores de relatos más relevantes de nuestro país para comentar el cuento de algún maestro estadonunidense, Maestros del relato de los que también estamos elaborando una suerte de biblioteca digital de recomendaciones. Más adelante llegarán otras actividades, también en vivo y en directo, y siempre relacionadas con el libro, con el género del relato breve y con esta suerte de puente cultural entre España y los Estados Unidos. Y, por supuesto, tendrán lugar varias presentaciones. La primera, mañana mismo, martes, día 20, en Madrid. A continuación os dejo todos los detalles en torno al libro, sus autores, nuestra actividad en las redes sociales y los próximos eventos. Espero de veras que disfrutéis con la lectura de Madrid, Nebraska y de todo lo que estamos preparando para vosotros.


EE. UU. en el relato español del siglo XXI
VV. AA.
Edición y prólogo de Sergi Bellver
ISBN 978-84-92799-75-6
Primera edición: mayo de 2014
276 páginas. PVP 18 €

Distribución nacional: UDL Libros
Distribución internacional: Panoplia de Libros

Este libro colectivo rinde homenaje a todos los grandes contadores de historias estadounidenses que, desde Herman Melville a Richard Ford, dejaron huella en tantos cuentistas españoles actuales. Sin ánimo canónico, Madrid, Nebraska sigue una de las muchas sendas que ha trazado el relato español en lo que llevamos de siglo, una que le lleva a paisajes, temas y motivos inspirados en la literatura, el cine y la cultura popular de los Estados Unidos. Un libro abierto a todos los estilos y formas literarias, del realismo sucio al extrañamiento, del western revisitado al género negro o de la pulp fiction a la alta literatura. Un viaje de costa a costa que reúne a veinte de las voces más potentes y genuinas de nuestra narrativa breve, autores de referencia que en los últimos años han consolidado su prestigio y jóvenes valores que han aparecido con fuerza en el mundo del cuento. Así, Madrid, Nebraska, una suerte de antología indirecta del relato español actual, celebra nuestra pasión por contar historias y agradece sin complejos a aquellos storytellers tantas buenas lecturas, las mismas que ahora, desde estas páginas, le ofrecemos al lector.

David Aliaga, Gonzalo Calcedo, Matías Candeira, Pepe Cervera, Fernando Clemot, Cristian Crusat, Sergio del Molino, Óscar Esquivias, Ignacio Ferrando, Esther García Llovet, Ismael Grasa, Paula Lapido, Juan Carlos Márquez, Marina Perezagua, Blanca Riestra, David Ruiz, Germán Sierra, Pedro Sorela, Eloy Tizón y Paul Viejo. Ilustrador de cubierta: Roberto Alberto.

Agenda
Presentación de Madrid, Nebraska en Barcelona. A las 19.30 h. en Pequod Llibres, calle Milà i Fontanals, 59.

● Martes, 27 de mayo:

Presentación de Madrid, Nebraska en Fuenlabrada (Madrid). A las 19.30 h. en el recinto de la Feria del Libro de Fuenlabrada, calle De la Telefónica, 12.

● Del viernes 30 de mayo al domingo 15 de junio:

Firmas de varios autores de Madrid, Nebraska y presencia de Bartleby Editores en la caseta n.º 355 de la Feria del Libro de Madrid.
● Viernes, 27 de junio:
Presentación de Madrid, Nebraska en Santander. A las 19 h. en el recinto de la Feria del Libro Independiente de Cantabria, en la plaza Pombo.
● Viernes, 19 de septiembre: 
Presentación de Madrid, Nebraska en Burgos. A las 20.15 h. en el salón de actos del Museo de la Evolución Humana, en el paseo de la Sierra de Atapuerca. 

Redes sociales y otros recursos

Página en Blogger: Madrid, Nebraska




Entrevista en el n.º 252 de la revista Leer, excusa para un balance


Se cumplen estos días seis meses de la publicación de Agua dura en el catálogo de Ediciones del Viento, y siete de su aparición en Sub-Urbano Ediciones, el sello digital de Miami. A falta de que vean la luz otras entrevistas ya pactadas y pendientes en revistas digitales durante las próximas semanas, intuyo que, muy probablemente, la que hoy comparto sea la última entrevista que aparezca en un medio impreso en torno a mi libro de relatos. Para no saturar este sitio, desde el pasado otoño he ido recopilando todo lo que aparecía al respecto en los medios en una página dedicada a Agua dura, y he preferido dejar la bitácora para otro tipo de contenidos. Llegado el momento de hacer balance, no tengo más que palabras de agradecimiento para todos esos lectores, libreros, críticos literarios, periodistas culturales y compañeros de oficio y escritura que le han dedicado su tiempo, su atención y sus palabras a mis relatos y a mi estreno en solitario como autor de narrativa. Podría hablar de mil detalles, también de algunos sinsabores, silencios y decepciones, pero sería un completo necio, además de un ingrato, si no me quedara con todo ese caudal de buena energía hacia mi trabajo y hacia mi manera de entender la literatura.

Siento que se ha cumplido el primer ciclo natural de vida de Agua dura, y que todo lo que venga a partir de ahora será el lento goteo del boca a oreja, además de que en unos pocos días llegará a las librerías mi nueva propuesta, el libro colectivo Madrid, Nebraska, en el que voy a concentrar mis energías, repartidas entre la escritura de mi novela y otros proyectos en ciernes. También se acerca una nueva edición de la Feria del Libro de Madrid, en la que un año más tendré la suerte de trabajar, en esta ocasión a cargo de la caseta (n.º 289) de la editorial Atalanta. Por todo ello, creo que ha llegado el momento de darle las gracias a los que han apoyado esta docena de cuentos y de pasar página en lo que a la promoción del libro se refiere, más allá de esas entrevistas y reseñas pendientes en la red y de algunas firmas durante la Feria, durante las que espero reencontrarme con muchos de mis lectores y poder conocer por fin a otros en persona.

Han pasado un montón de cosas buenas con Agua dura, algunos de los críticos literarios que respeto y varios de los escritores que más admiro me han hecho sentir que voy por buen camino con mi narrativa, muchos lectores me han hecho saber que mis historias han llegado a emocionarles y hasta varios de mis relatos han sido o están siendo traducidos a otros idiomas. ¿Qué más puedo pedir? Aunque desde el principio confié en mi trabajo y en que valía la pena defenderlo, hace seis meses, cuando llegó por fin a las librerías, no pensé que este primer libro fuera a darme tantas alegrías. Ahora toca seguir aprendiendo, seguir trabajando y construir nuevas historias. Gracias una vez más. Os dejo con la entrevista que me hizo el escritor Javier Morales en el número de mayo de la revista Leer. Hasta pronto.


para leer / Ficción

Entrevista
SERGI BELLVER

JAVIER MORALES

Llama la atención de 'Agua dura' que, a contracorriente de escritores adscritos casi con fanatismo a una escuela, rinde homenaje a géneros y autores de distintas tendencias.
Soy escritor de vocación tardía y mi libro tiene algo de licenciatura como narrador, después de haber trabajado desde 2010 en mis relatos, puliéndolos, dándoles salida en varias antologías hispanoamericanas y, sobre todo, llenando papeleras de borradores. Como lector, intento alimentar siempre mi curiosidad, lo que me ha hecho disfrutar sin complejos de leer a Stephen King, por ejemplo. Pero hay autores que me han marcado durante décadas, desde que descubrí de adolescente a Conrad, Chéjov o Cortázar, o cuando, ya pasada la treintena, Faulkner, Kafka o Dostoievski me cambiaron la vida. Procuro leer a mis contemporáneos y ser permeable a otras voces mientras sigo buscando la mía. Huyo de cualquier impostura y esnobismo, pero, de entrada, me interesa todo lo que esté escrito con verdad y oficio.

La mayoría de sus personajes parecen náufragos en una isla rodeada de “agua dura” (metáfora oscura, la llama), seres perdidos en busca de una orilla donde refugiarse.
Quiero pensar que, en esas mareas que anegan cada historia, mis personajes tienen una oportunidad para salvarse. Me interesaba situarles frente al naufragio y ponerles a prueba, ver de qué pasta estaban hechos y cómo revelaban su naturaleza al responder a cada conflicto. Ese mismo azogue es el que he intentado colocar ante del lector, para que reconozca sus propios temores y obsesiones, para que mis cuentos le dejen la incómoda sensación de que no estamos nunca del todo a salvo, de que vivir es no dejar de nadar hacia quién sabe qué orilla. Por eso no me gusta dejar los cuentos demasiado cerrados, para que sea finalmente el lector quien decida si mis personajes se ahogan o salen a flote.

Como en el relato que abre el libro, “Propiedad privada”, hay varias historias con el desencuentro entre hermanos y la extrañeza familiar como telón de fondo, como si ni siquiera les concediera ese consuelo.
Si esa metáfora con algo tan cotidiano como el agua dura que obstruye nuestras cañerías me sirvió para hilar simbólicamente los relatos del libro, y ya que el agua ha representado desde tiempos arcanos el flujo de las emociones humanas, la familia como primera y constante fuente de conflicto en nuestras vidas me ofrecía también la posibilidad de ahondar en la psicología de mis personajes. Es un tema recurrente en Faulkner, Kafka o Dostoievski, pero es sobre todo algo que forma parte de mis propios demonios personales, y al filtrar con la ficción ese poso de verdad he querido activar en los lectores resortes que no les dejen indiferentes, pues todos, de algún modo, hemos sido arrojados a una familia no elegida en la que hallamos refugio o de la que huimos para buscar nuestro lugar en el mundo.

Hay humor en su narrativa, pero abundan las historias desgarradoras y tristes. En “Los ojos de Sarah”, por ejemplo, aborda con valentía y desde una perspectiva diferente el Holocausto judío y sus consecuencias, un tema sobre el que algunos creen que se ha escrito todo.
Ese rastro de humor en mis cuentos aparece en contadas ocasiones y con cierta crueldad cervantina. Abundando en la posibilidad de redención de sus protagonistas, es cierto que hay dureza en mis relatos, como la violencia y la locura que articulan “En la boca del otro” o el terror psicológico de “El nudo de Koen”, pero, intentando emular a Chéjov, le ofrezco al lector unos modelos miserables para que, por oposición, reaccione y sienta que por nada del mundo quisiera responder a esos arquetipos. Sucede por ejemplo en “Islandia”, quizá el relato que ha dejado más huella en los lectores, y en el que es precisamente el personaje del hermano fallecido el que contagia entusiasmo por seguir un camino propio en la vida, sin atender a las expectativas ajenas. En cuanto a los temas, sean la Alemania nazi o cualquier otro, no hay ninguno agotado siempre que el escritor ofrezca un prisma genuino.