Cuentos en Culturamas y Babelia

En el día de hoy ha tenido lugar una feliz coincidencia relativa al cuento y a mi trabajo. En el portal Culturamas he publicado una columna con un breve repaso al estado de las cosas y a lo que me ha parecido lo mejor en el cuento español, de entre todas las novedades y reediciones que he podido leer a lo largo de 2011. Si hay ausencias, aparte de a mi criterio y al espacio disponible, que obliga a la concisión, pueden deberse también a mi mala memoria o a que algunos editores no me envían sus novedades y uno, francamente, después de leer casi un libro de cuentos por semana, ya no da más de sí. Llegado el capítulo de antologías, en ese texto he preferido pasar de largo por mi participación como autor (con un relato en Doppelgänger, de Jekyll and Jill, que tantas alegrías me ha dado ya) y antólogo (junto a Juan Soto Ivars, con Mi madre es un pez, de Libros del Silencio, editorial que, por cierto, hoy Lector Mal-Herido señala justamente como la mejor del año), en dos de los libros colectivos que, y esto es un hecho incontestable, más eco han tenido en los medios en 2011 (y me refiero exclusivamente a las críticas que han atendido a aspectos literarios) y más éxito (del que de veras cuenta) han cosechado entre lectores y libreros (sin ir más lejos, en "Los libreros recomiendan", de CEGAL, no suelen colarse antologías pero Mi madre es un pez lo hizo por la puerta grande en la lista de noviembre).

"Pasar de largo por este punto y dejar que sean otros quienes decidan qué se ha hecho bien o mal en cada aventura colectiva", escribo en mi columna de Culturamas, y, como si me hubiera leído antes de tiempo y quisiera aportar la pieza del puzle que faltaba, precisamente hoy el crítico Jordi Gracia firma en el suplemento Babelia de El País una reseña breve, pero de las más inteligentes y cabales que ha recibido la antología Mi madre es un pez desde que apareció en el mes de septiembre. Después de un último tramo del año bastante complicado y agridulce, en el que he tomado nota de muchas cosas, me parece un colofón estupendo para terminar 2011 y un estímulo para seguir trabajando. De hecho, en 2012, y aparte de mi actividad individual como autor, que quiero enfocar ya en exclusiva a mis libros en solitario (novela, libro de cuentos y poemario, aparcados demasiado tiempo por estas otras empresas colectivas que fueron encadenándose desde 2009, cuando empecé a trabajar en Chéjov comentado), llegarán otras dos antologías en las que participo con textos muy breves y un gran proyecto a mi cargo en torno al cuento en una editorial de prestigio, con el que espero cerrar, al menos por muchos años, mi labor como antólogo, para a partir de ese momento dedicarme por entero a mi escritura.

Aprovecho este momento, además, para agradecer su tiempo y su dedicación a las muchas personas que han colaborado conmigo en 2011 y a las que han creído en las diferentes facetas de mi trabajo, y para desearos a todos, lectores, libreros, críticos, periodistas, autores y editores, lo mejor en lo personal y en lo profesional para el nuevo año.