Cualquier lector interesado en la poesía española recordará con rapidez los nombres de diez o doce poetas contemporáneos y comprobará cómo abundan en la lista los nacidos en Andalucía. Sin embargo, no siempre fue fácil publicar allí poesía y muchos de sus autores solían encontrar apoyo editorial en Madrid o Barcelona, aunque de un tiempo a esta parte las cosas han cambiado y varias editoriales defienden desde Andalucía la poesía, publicando también a poetas de otros rincones del país. Algunas de esas editoriales atesoran ya una larga trayectoria, como la sevillana Renacimiento. Otros sellos más recientes y de modesta distribución saben tomarle el pulso a la poesía actual, aunque naveguen en aguas difíciles. Por fortuna, todavía resisten muchas pequeñas iniciativas y aún aparecen nuevas, como Eppur (Málaga), entre otras. En Sevilla la actividad es intensa, gracias a editoriales como la singular Point de Lunettes, la irreverente El Cangrejo Pistolero o Ultramarina, la aventura digital y cartonera del mexicano Iván Vergara. Otras ciudades ofrecen tres ejemplos significativos que, a través de sus publicaciones, resumen y evidencian el potencial de la poesía que, contra viento y marea, sigue abriéndose paso desde el Sur. Tomen nota nuestros libreros, para que pronto Barcelona se traiga de Andalucía algo más que la Feria de Abril.
La editorial malagueña Alfama (Coín), que cuenta en su catálogo con los cuentos del inadvertido Cristof Polo o con el teatro de Jean Bowles, publicó en 2010 Naumaquia, una selección poética del argentino Alfredo Taján, en una bella edición. Pero es en Vendajes 1989, de Carlos Pranger, donde Alfama da noticias de nuestro tiempo: “En un cuarto esquivo, asfixiada/por un cielo púrpura, Rachael,/Replicante, entrañas de cristal,/ansía la dominación estética.” (de “Blade Runner”, p.146).
La Bella Varsovia (Córdoba) es, más que una editorial, una dichosa conspiración cultural que promueve sobre todo a jóvenes poetas, y que celebró su sexto aniversario con la antología Sais. Acaban de publicar el poemario Odio, de David Refoyo, dueño del equilibrio necesario para que, entre la rabia y la forma, la poesía nos hable en voz alta de lo real: “ya sabes/seguridad y miedo/no lo olvides nunca/porque pronto lo usaremos para defenderte/nosotros lo hacemos por tu bien:/aseguramos tu calidad de vida” (de “Seguros”, p.41).
Capítulo aparte merece El Gaviero, la editorial almeriense que, junto a libros híbridos y brillantes como Inopia, de Juan Manuel Gil, o Idioteca, de Raúl Quinto, edita de manera exquisita su colección de poesía Guairo o apuesta, en la colección Cuarto Menor, por poemarios como Luzbel de Penumbra, de Teresa Domingo, o Alguien anda en la escalera de incendios, del vasco Harkaitz Cano, otra radiografía humana del ahora: “Bolsillos y maletas rebosantes de lluvia./Sentados de espaldas al panel horario,/viajeros inconscientes fuman su retraso/y llenan los ceniceros de superviviencia.” (de “Pista de aterrizaje”, p.69).
La editorial malagueña Alfama (Coín), que cuenta en su catálogo con los cuentos del inadvertido Cristof Polo o con el teatro de Jean Bowles, publicó en 2010 Naumaquia, una selección poética del argentino Alfredo Taján, en una bella edición. Pero es en Vendajes 1989, de Carlos Pranger, donde Alfama da noticias de nuestro tiempo: “En un cuarto esquivo, asfixiada/por un cielo púrpura, Rachael,/Replicante, entrañas de cristal,/ansía la dominación estética.” (de “Blade Runner”, p.146).
La Bella Varsovia (Córdoba) es, más que una editorial, una dichosa conspiración cultural que promueve sobre todo a jóvenes poetas, y que celebró su sexto aniversario con la antología Sais. Acaban de publicar el poemario Odio, de David Refoyo, dueño del equilibrio necesario para que, entre la rabia y la forma, la poesía nos hable en voz alta de lo real: “ya sabes/seguridad y miedo/no lo olvides nunca/porque pronto lo usaremos para defenderte/nosotros lo hacemos por tu bien:/aseguramos tu calidad de vida” (de “Seguros”, p.41).
Capítulo aparte merece El Gaviero, la editorial almeriense que, junto a libros híbridos y brillantes como Inopia, de Juan Manuel Gil, o Idioteca, de Raúl Quinto, edita de manera exquisita su colección de poesía Guairo o apuesta, en la colección Cuarto Menor, por poemarios como Luzbel de Penumbra, de Teresa Domingo, o Alguien anda en la escalera de incendios, del vasco Harkaitz Cano, otra radiografía humana del ahora: “Bolsillos y maletas rebosantes de lluvia./Sentados de espaldas al panel horario,/viajeros inconscientes fuman su retraso/y llenan los ceniceros de superviviencia.” (de “Pista de aterrizaje”, p.69).
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Publicado en la columna «These books are made for walking» de la revista BCN Week, número 95, marzo de 2011 (enlace web / +enlace ISSUU directo a p. 21).