Un lector en Seattle

El lunes, día 14 de marzo, se publicó en el blog By the Firelight la entrada "Excellent Overview of the Spanish Short Story of the Last 20 Years at Sergi Bellver", que comentaba mi reciente artículo sobre el cuento contemporáneo español en la revista Tiempo (n.º 1.495, viernes, 25.2.2011). El responsable de dicho blog es un escritor que reside en Seattle (Estados Unidos) y que sigue con atención, a través de sus reseñas y entradas, la literatura de su país, la del mundo árabe y, de manera especial, la publicada en español. Desde aquí mi agradecimiento por su mención y mis mejores deseos para que continúe con esa labor desde la esquina noroeste del gigante americano. Good job, comrade.

"Sergi Bellver has an excellent article on trends in the Spanish short story of the last 20 years. It is well worth the look if you want to see what is going on and more importantly, know who is doing it. He has an excellent list of authors past and present including some of my perennial favorites, Cristina Fernández Cubas, Ana María Matute, Hipólito G. Navarro, and others I have read or am going to read such as Andrés Neuman (one of the recent Granta writers) and Miguel Ángel Muñoz. I’m don’t exactly agree with some of his statements about the American short story scene which is on the defensive with fewer and fewer magazines printing short stories. It is also fascinating to see which Americans make the list of influential short story writers: Carver, Ford, Cheever, Capote & Shepard."


Sólo me queda matizar, tras su cabal discrepancia sobre mi valoración del "modelo norteamericano" en cuanto a la presencia del cuento en los medios y revistas especializadas, que en realidad sólo mencioné Harper's y The New Yorker, pero de haber tenido espacio suficiente podría haber seguido, entre otras muchas, con las creadas por Eggers (McSweeney's y The Believer) o Coppola (Zoetrope), por no hablar de algunas revistas tan peculiares como Glimmer Train o de corte universitario, como la de Iowa o The Cincinnatti Review, con una factura que ya quisieran para sí algunas de las llamadas especializadas. Me temo que tras la comparación, en España uno sólo es capaz de ver un escenario en el que, más que a la defensiva, y con algunas excepciones, el cuento a veces parece estar desaparecido en combate.