Edición digital de Los ojos de Sarah

Edición digital del autor
Dimensiones: 21x14,85cms (A5)
52 páginas

[Entrada actualizada a octubre de 2013]

Para celebrar el Día del Libro de 2012, regalé (con arbitrariedad y alevosía) un ejemplar de esta edición digital a cuatro de mis lectores más fieles en Facebook, y a todos aquellos de mis seguidores en Twitter que hicieron RT a este tweet.
El día 20 de abril de 2012, en el suplemento de cultura de El Diario Montañés, el periodista Javier Menéndez Llamazares incluía esta iniciativa relacionada con el micromecenazgo en su artículo «Reinventar el libro». Podéis leer el PDF en este enlace.

Mi relato «Los ojos de Sarah», el primero que publiqué en papel en 2010, me ha dado varias alegrías, desde haber compartido antología con nombres del nuevo cuento en español como Jon Bilbao, Antonio Ortuño, Juan Carlos Márquez, Mariana Enriquez, Juan Terranova o Matías Candeira, entre otros, a que mi texto fuera incluido en 2012 en el plan de estudios de un Instituto de la provincia de Buenos Aires.

También en todo este tiempo he recibido comentarios más que favorables y generosos de lectores y colegas escritores que se hicieron con la edición digital de mi relato. Fue publicado originalmente en La banda de los corazones sucios. Antología del cuento villano (Baladí, Madrid, 2010; El Cuervo, Lima, 2010; selección y prólogo de Salvador Luis), un libro ya casi imposible de encontrar en España, y como por contrato conservé todos los derechos sobre el texto, el 6 de abril de 2012 decidí poner al alcance de los lectores y durante un tiempo limitado esta edición digital en PDF, compatible con cualquier dispositivo (Kindle, Sony, iPad, etc.) y con un tamaño A5 estándar. La edición tenía la particularidad añadida de que cada ejemplar llevaba su número de serie e iba personalizado con el nombre del lector.

Esta edición digital de Los ojos de Sarah tenía un precio mínimo de 2 euros, aunque los lectores pudieron colaborar, si así lo deseaban, con cualquier otra cantidad superior. De ese modo ayudaron en mecenazgo, o en un particular modo de crowdfunding, a que pudiera dedicarle todo el tiempo posible a mis siguientes proyectos literarios, como terminar mi primer libro de relatos o trabajar en mi novela, entre otros.

Los micromecenas podían realizar su aportación definitiva en el mismo momento de adquirir la edición digital de Los ojos de Sarah, o bien, una vez leída la obra por esos dos euros iniciales, colaborando a posteriori. Es decir, que cualquier lector pudo adquirir la obra por un importe menor y, una vez leída, si le había convencido, decidir apostar por mis proyectos colaborando con otra cantidad. En resumen, esta forma de crowfunding fue más personalizada y abierta, y en lo que realmente colaboraba cada mecenas era en algo tan sencillo y, a la vez, tan valioso y complejo como comprarme tiempo para la escritura.

Finalmente, destacar que las 100 primeras personas que adquirieron la edición digital de Los ojos de Sarah entraron en el sorteo de un ejemplar dedicado del libro Chéjov comentado, que edité en otoño de 2010 con el sello Nevsky Prospects, con dieciséis relatos de Antón Chéjov en nueva traducción y comentados por escritores hispanoamericanos actuales. La ganadora del sorteo fue Judit Ortiz, de Barcelona.

Muchas gracias a todos por vuestro apoyo y espero que mi cuento os hiciera pasar un buen rato de lectura. Desde este otoño de 2013, Los ojos de Sarah es uno de los doce textos de mi primer libro de relatos, Agua dura, publicado en la colección Viento Abierto del sello Ediciones del Viento y, en formato electrónico y desde Miami, por Sub-Urbano Ediciones.

Relato en el diario Tiempo Argentino

En la edición de hoy del suplemento dominical de cultura del periódico Tiempo Argentino aparece publicado mi relato breve "Dimitri", que puede leerse también en este enlace. Desde el diario se pusieron en contacto conmigo a raíz de leerme en la red y, además de estar agradecido por la propuesta a la periodista Ivana Romero, me siento honrado de continuar la sección (en la que se le proponen varias fotografías a un escritor para que redacte su texto a partir de la que elija) después de que hayan publicado en ella autores como Juan Terranova, Mariana Enriquez o Federico Falco. Últimamente no dejan de llegarme buenas noticias desde Argentina, relacionadas con las letras y con mi narrativa, y me hace ilusión compartir una más con vosotros justo hoy, víspera de Sant Jordi en Barcelona y en plena Feria del Libro en Buenos Aires.

BCN Mes, número 10

La revista BCN Mes llega a su décimo número con la nueva cabecera (como BCN Week ya llevaba un largo trecho recorrido) y su publicación coincide prácticamente con Sant Jordi y el Día del Libro. Por eso, y por ofrecerle en estos días un espacio a la pariente pobre del mundo editorial, he dedicado íntegramente mi página mensual a la poesía. Así pues, encontraréis en mi columna Bloomsday Menu (p.20) siete breves reseñas (y alguna mención añadida) a los poemarios de siete poetas españoles actuales.

Como siempre, los que no estéis en Barcelona, los impacientes y los perezosos (a los amantes del papel os esperan 15.000 ejemplares gratuitos repartidos por casi 500 locales de la ciudad y en las diferentes sedes de la UB), podéis consultar el PDF completo en este enlace a ISSUU o, debajo, en esta entrada, leer directamente el texto, al que incorporo unos cuantos enlaces a las páginas de editoriales, libros y autores.

Respecto a otros contenidos de la revista, por si os apetece curiosear en el PDF o en cualquier bar, cerveza en mano, este mes vienen dos artículos más que "oportunos" sobre argentinos en España (entre otras cosas) y Manuel Astur, en su columna sobre música (p.11), hace una sincera reflexión en torno a lo "indie".




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DE DRAGONES Y POETAS

by Sergi Bellver


Cada 23 del «mes más cruel» se rinde culto al bestseller en calles, librerías y medios de Barcelona. Pero esta columna reivindica otro Sant Jordi, las espinas de la rosa, el aliento del dragón y todo lo que en literatura no sea consumo, sino grieta y luz, es decir, lo que deje un resquicio a la poesía. A contracorriente, en Barcelona resisten editoriales veteranas como DVD, colecciones en catalán como la de LaBreu o nuevas aventuras como Honolulu Books. Desde otras ciudades también lo hacen otros sellos y, por su cuenta, autores como Aarón García Peña (Premio Ojo Crítico). De entre toda esa tropa de insumisos que insiste en la poesía, vayan estas siete propuestas recientes para un Sant Jordi menos previsible.

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Juan Carlos Suñén:// LA HABITACIÓN AMARILLA

La colección de poesía de la editorial Bartleby ofrece joyas como Szymborska o Gamoneda, entre otros autores de referencia. Quizás al lector más o menos asiduo a la poesía no le resulte tan familiar el nombre de Juan Carlos Suñén (1956), pero en La habitación amarilla encontrará no sólo a una de las voces más potentes de nuestras letras, sino una poética al mismo tiempo iluminada y oscura, incierta pero a la vez contundente, es decir, íntimamente ligada a las contradicciones de la condición humana.



Julio Mas Alcaraz:// EL NIÑO QUE BEBIÓ AGUA DE BRÚJULA

Este poemario de Julio Mas Alcaraz (1970), publicado por el prestigioso sello Calambur, provocó dos pequeños milagros en quien esto escribe: reconciliarse con la crítica, casi unánime al señalar el valor de un libro magnífico, y recuperar la fe en que todavía pueda hallarse una voz de veras nueva y original. Todo en El niño que bebió agua de brújula, desde el título al último verso, hace que como lector redescubras de qué va esto de la poesía, «como jamás pensaste que volverías a hacer».



Marcos Canteli:// ES BRIZNA

Sería injusto reducir el valor de la obra de Marcos Canteli (1974) a la experimentación formal, porque en Es brizna cobra vida aquel inesperado misterio al unir palabras que, según Lorca, debiera definir la poesía. El trabajo de Canteli con el lenguaje, sus referencias, su falta de prejuicios y la ausencia de lugares comunes, hacen de este poemario uno de los más brillantes de la actualidad. Entre otras novedades de la editorial valenciana Pre-Textos cabe también mencionar el interesante Márgenes, de Julio César Galán (1978).



Ángel Guinda:// CAJA DE LAVA

Del catálogo más reciente del veterano sello aragonés Olifante merece la pena destacar dos poemarios, el genuino y prometedor Polaroid, de Carmen Ruiz Fleta (1978), y Caja de lava, de Ángel Guinda (1948), Premio de las Letras Aragonesas en 2010. Treinta años separan los nacimientos de ambos autores y, sin embargo, junto a la maestría que da el oficio, todavía late en los versos de Caja de lava el mismo magma de inconformismo y tormenta que uno le podría suponer a un poeta más joven.



Raúl Quinto:// RUIDO BLANCO

Aunque el colectivo cordobés La Bella Varsovia suele apostar por noveles, Raúl Quinto (1978) es ya un autor de cierto recorrido, con varios poemarios publicados. No obstante, Ruido blanco parece el libro que podría haber escrito un poeta nuevo y necesario, es decir, un hijo del caos contemporáneo que no cayera mesmerizado por su efectismo. Con una mirada crítica e inteligente, pero también atónita, Raúl Quinto arma en pantalla un mosaico distorsionado que cuestiona cuánto hay de vacío en esta proyección que llamamos realidad.



Álex Chico:// DIMENSIÓN DE LA FRONTERA

Junto a Juan Vico, también poeta, Álex Chico (1980) lleva tiempo animando la escena poética de Barcelona con su ciclo de lecturas en La Cigale, entre otras iniciativas. Con Dimensión de la frontera, cuidadosamente editado por el activo sello sevillano Isla de Siltolá, Álex Chico extiende un billete de ida a la memoria, a través de una voz honesta, deliberadamente tibia y capaz de dibujar un mapa personal pero transferible para todo el que alguna vez se haya preguntado por el abandono o la ruina.



Camilo De Ory:// 300

La editorial almeriense El Gaviero lleva ocho años esmerándose en sus ediciones y cuenta entre sus últimos poemarios con Pan para la princesa, de Elise Plain (1982), y Epidermia, de Sara R. Gallardo (1989). Cierra este especial dedicado a la poesía, sin embargo, un libro atípico, el del iconoclasta Camilo de Ory (1970), terrorista moral y maestro del dardo donde los haya. Más que una colección de aforismos, agavillada de las redes sociales y el cuaderno del autor, 300 es una frenética forma de aguijonear lo convencional.

Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer

debate.
(De debatir).
1. m. controversia (‖ discusión).
2. m. Contienda, lucha, combate.
© Real Academia Española

It is usually only in dramatic representations, religious iconography, and the 'magical thinking' of children that insight is compressed to a sudden blinding flash.
David Foster Wallace, Brief Interviews With Hideous Men
 
En el programa de La noche de los libros, dentro de las actividades que tendrán lugar en la Sala Alcalá 31 de Madrid a lo largo de la tarde y la noche del 23 de abril, aparece publicado lo siguiente, que reproduzco de manera literal:

"22:00h Posmodernos vs dramáticos

Javier Calvo, Manuel Vilas, Agustín Fernández Mallo y Roberto Valencia

A finales del año pasado apareció Mi madre es un pez, una antología de relato con treinta y tres autores en cuya escritura predomina la estructura artistotélica de la narrativa dramática. Entre los escritores incluidos figuran consagrados como Eduardo Mendoza o Rodrigo Fresán así como varios de los más jóvenes y brillantes narradores aparecidos en los últimos años: Javier Calvo, Antonio Ortuño, Mercedes Cebrián o Jon Bilbao. Como era de esperar, su prólogo fue recibido como un manifiesto contra el posmodernismo literario supuestamente predominante, y el libro coincidió con la aparición de un movimiento llamado Nuevo Drama, que lo proclamó así. Javier Calvo, flamante ganador del Premio Biblioteca Breve de Novela, acepta debatir sobre este tema con dos de los más celebrados exponentes de la literatura posmoderna: Agustín Fernández Mallo y Manuel Vilas. Modera el también escritor y crítico Roberto Valencia"

Dejando tranquilo al pobre Aristóteles, y más allá de polémicas innecesarias e interpretaciones y omisiones tan desafortunadas como reincidentes, en un debate lo más honesto, sano y razonable parece en cualquier caso que intervengan siempre todas las partes. Tal vez uno de los dos antólogos del libro en cuestión y autores del prólogo que da lugar a este "debate". Quizás alguno de los tres responsables de aquel gesto que fue el Nuevo Drama. O, cuando menos, el autor de las novelas La conjetura de Perelmán y Siberia, primeras obras publicadas adscritas a ese movimiento (Juan Soto Ivars, como Manuel Astur, tampoco ha sido invitado al evento y los tres nos hemos enterado de rebote). En definitiva, no hubiera costado mucho organizar una amigable charla entre unos y otros, como sucedió, sin ir más lejos, el pasado mes de febrero en la Biblioteca Francesca Bonnemaison de Barcelona, donde el periodista y escritor Albert Lladó moderó con muy buen tino un encuentro en torno a Mi madre es un pez entre los autores Rodrigo Fresán, Javier Avilés y un servidor, en calidad de antólogo, y cuyo audio está disponible en la red (aquí) y en el que, por fortuna y sin eludir la cuestión, se habló más de literatura que de polémicas ya caducadas.

Francamente, a título personal y a estas alturas, me inspira bastante pereza abundar en el supuesto enfrentamiento "Nuevo Drama Vs. Posmodernos", fruto de errores propios y ajenos, de malentendidos y desencuentros con algunos periodistas, de la reacción desproporcionada de varios autores que se dieron por aludidos y de una interpretación sesgada del prólogo de Mi madre es un pez, en el que algunas frases criticaban el abuso de una postura casi extraliteraria, pero no una manera de hacer literatura, como demuestra la propia estructura fragmentaria de dicho prólogo o, en mi caso, las reseñas y comentarios favorables que en los últimos años he publicado en los medios sobre libros de autores a quienes se identifica a menudo como de una misma cuerda (con perdón, reparos y pinzas), más o menos emparentada con eso que llaman literatura posmoderna (recojo la expresión de la nota previa), como Jorge Carrión (reseña de Los muertos, septiembre de 2010), Mercedes Cebrián (reseña de La nueva taxidermia, marzo de 2011), Elvira Navarro (recomendación de La ciudad en invierno, diciembre de 2009), Javier Moreno (recomendación de Atractores extraños, septiembre de 2010), Claudia Apablaza (reseña de Diario de las especies, septiembre de 2010) o Juan Francisco Ferré (recomendación de Providence, diciembre de 2010), además del trabajo como crítico de Vicente Luis Mora (recomendación del blog Diario de lecturas en los Premios Revista de Letras, febrero de 2010) y de los libros de, precisamente, Manuel Vilas (recomendación de Aire nuestro, diciembre de 2009), Javier Calvo (comentario a Suomenlinna, diciembre de 2010) y Roberto Valencia (reseña de Sonría a cámara, diciembre de 2010).

Por lo tanto, y aunque resultaría innecesario tener que volver a aclararlo cuando Mi madre es un pez es, precisamente, una de las antologías no canónicas más plurales en cuanto a estilos y voces de los últimos años, nunca ha existido enfrentamiento alguno por mi parte con una manera de hacer literatura mientras sea honesta y genuina (como es el caso también, por ejemplo, de la novela Constatación brutal del presente, de Javier Avilés, que podrá gustar más o menos, haber acertado o errado el tiro, pero que me parece un ejemplo de honestidad en la búsqueda de otras formas de contar), sino cierto hartazgo respecto a una serie de dinámicas muy distintas que poco o nada tienen que ver con la creación literaria. En este sentido, creo que falta un poco de autocrítica y sobra cierta exaltación de la amistad en determinados círculos, ya que uno, como lector, como crítico literario y como autor, valora siempre las obras y las trayectorias de los autores una a una y no en bloque, por lo que puede, por ejemplo, considerar como valiosa la obra de un autor y como fallida la de otro con el que el primero suele irse de copas. Por no hablar de la distinción entre obra y persona. En fin, país. A mí por ejemplo, y no me importa mojarme, siempre me ha caído más bien simpático Agustín Fernández Mallo, me parece un poeta muy original y creo que Nocilla Dream (Candaya, 2006) es un texto con cosas interesantes. Sin embargo, nada de lo que ha publicado a posteriori me interesa y pienso que la atención que recibe no está en relación a sus méritos literarios. ¿Me convierte esto en su enemigo, en el de sus camaradas y en el de todo el que simpatice con su propuesta estética? Creo que no. Desde luego, no en lo que a mí respecta. De hecho, durante mi etapa en la dirección de la desaparecida revista digital de crítica literaria 330 ml (con mayor o menor acierto y en cuanto a la selección de colaboradores, fue otro innegable ejemplo de pluralidad en los seis meses que estuvo en activo en la red) no tuve ningún reparo en publicar una reseña muy favorable a su libro El hacedor (de Borges), Remake, a cargo de Marc García, ni en firmar después la ya famosa carta de protesta ante la retirada del libro, contra lo que me pareció un abuso por parte de María Kodama.

Siento pues una pereza infinita ante esta polémica inútil, insisto, porque en su día ya aclaré cuanto pude sobre este tema, no tengo especial interés en que me inviten a según qué bolos en los que la literatura no sea la protagonista y prefiero celebrar el Día del Libro en Barcelona con un montón de colegas de este oficio (y sin embargo, amigos) que se acercarán por la ciudad. Pero lo cierto es, y por eso publico esta entrada, que no deja de sorprenderme y decepcionarme el hecho de que quien quiera que haya organizado este "debate" en Madrid no haya contado con esa otra voz en el encuentro, que quedará ausente. Y digo ausente porque no hace falta recordar la postura y la actuación de Javier Calvo al respecto de este tema o, en su momento, en torno a la llamada "Generación Nocilla", surgida a raíz de la obra y la figura de Agustín Fernández Mallo, de la fiebre del etiquetaje de algunos periodistas culturales y de la lógica complacencia temporal de unos cuantos autores. Por mi parte, y aunque sospecho que no se hablará demasiado del libro en sí, agradezco a quien haya organizado esta actividad del día 23 la atención prestada a la antología y el reconocimiento a la calidad de sus autores (y de sus textos, algo que ha predominado en la mayoría de reseñas, las más serias, que ha recibido este título de Libros del Silencio en los medios), lamento perderme las siempre ingeniosas palabras de Manuel Vilas, le deseo suerte a Roberto Valencia en la ardua tarea de moderar tan encarnizado "debate" y espero que, al menos, resulte interesante y divertido para los asistentes. Nada más. Sólo pedirle a Javier, Manuel, Agustín y Roberto que, cuando acaben, se tomen una caña a nuestra salud, o a la de Faulkner, por ejemplo. Invita la Comunidad de Madrid, "la suma de todos", aunque vaya a faltar alguno. Eso sí, luego mejor un taxi entre los cuatro, que con el metro Esperanza no se estira.


Poema en el pasquín Poisson soluble

Participo con este poema junto a los autores y astistas gráficos Julieta Lahoz, Rrose Selaby, Grassa Toro, Alejandra Acosta, Alfonso Brezmes, Daniel Hernando, Carla Nicolás, Daniel Rabanaque y Clemente Calvo en el número 7 de Poisson soluble, pasquín literario y de arte visual realizado en Zaragoza, coordinado por Pierre D. La e inspirado en el surrealismo y otras vanguardias artísticas. El número está dedicado a la figura del inclasificable Raymond Roussel, autor de obras como Locus Solus (1914), y cuyo trabajo influyó de manera notable en los surrealistas o el nouveau roman. En cuanto a mi poema, el primero que publico en papel (un estreno que me alegra haber experimentado en un objeto de arte como este pasquín), he tratado vagamente de "jugar según las reglas" del propio Roussel, descritas en su libro Comment j'ai écrit certain de mes livres (1935), por lo que me he apartado de la línea de mi primer poemario (en el que llevo trabajando unos meses y donde, por ejemplo, no utilizo la rima). El título está inspirado en la obra Impressions d’Afrique (1910), de Roussel. Reproduzco la maquetación original del pasquín, que desde hace unas semanas podéis encontrar en librerías y librerías de arte de varias ciudades.