Avispero, la revista

Cuando la editora y fotógrafa Inka Martí y el filósofo y narrador Leonardo Da Jandra me propusieron durante la pasada Feria del Libro de Madrid que me mudara una temporada a Oaxaca, supe que la experiencia personal y vocacional iba a desbordar la simple idea de un retiro creativo para terminar mi segundo libro de relatos. Lo que no podía predecir era la cantidad de oportunidades y proyectos que se abren ahora ante mí para los próximos años y la calidad del grupo humano que iba a encontrarme aquí, desde la maestría vital del propio Da Jandra al torrente de energía de su compañera, la pintora Agar Arteaga y, desde luego, a todos los jóvenes talentos que llevan a cabo una revista como Avispero, en la que me invitaron a colaborar.

No creo exagerar si escribo aquí lo que vengo manifestando en los eventos que estamos realizando en torno al nuevo número, como la primicia de hace dos semanas en Huatulco o la concurrida presentación del pasado sábado en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, primeros encuentros de los que vendrán a lo largo de los próximos meses en México: que Avispero es una revista de primer nivel, a la altura de las mejores de toda América Latina y sin nada que envidiarle a los medios españoles con los que he colaborado desde 2010. Lo que llama aún más la atención si tenemos en cuenta que, a día de hoy, tras nueve entregas y sin dejar de remunerar a sus colaboradores, Avispero sigue siendo esencialmente una revista gratuita para el lector, hecha con la firme voluntad de difundir desde Oaxaca y para todo el ámbito hispano la literatura, el arte y el pensamiento, con especial énfasis en los nuevos valores de las letras y las artes en nuestro idioma.

He tenido el placer de ser el editor invitado de este noveno número, dedicado a la literatura mexicana, como lo fueron anteriores ediciones a las literaturas nacionales de Japón, Argentina, Chile o Alemania, entre otras. Junto al trabajo de todo el equipo, desde el primer al último colaborador, desde la firma consagrada al novel y hasta al diseñador y maquetador, quiero resaltar la labor de los dos auténticos editores de la revista, los jóvenes oaxaqueños Guillermo Santos y Alejandro Beteta, y muy en especial el esfuerzo logístico de Agar Arteaga, capaz de remover cielo y tierra para que una revista así suceda y llegue a manos de los lectores. En este número, además, hemos tenido el privilegio de contar con la obra gráfica del reconocido pintor Francisco Toledo, toda una institución en el arte y la cultura de Oaxaca y México.

Por mi parte, junto a las tareas de edición, he colaborado con el artículo «Cinco propuestas y una mirada extranjera sobre la nueva narrativa mexicana», en el que hago un repaso somero a las novelas y los libros de relatos de autores mexicanos que han tenido difusión en España en los últimos años y también a los que he podido comenzar a leer en mi estancia en el país. Por mis inevitables lagunas lectoras, he pasado por alto a demasiados autores, pero creo honestamente que he acertado en las cinco propuestas finales de mi texto, que pueden servir al lector hispanoamericano para tomar el pulso de la mejor narrativa mexicana en lo que llevamos de siglo: Yuri Herrera, Antonio Ortuño, David Miklos, Alfredo Peñuelas y Pergentino José Ruiz.

Ahora le toca a los lectores conocer nuestro trabajo, leer los artículos, reseñas y semblanzas, y, si lo consideran, difundir nuestra labor por el boca a oreja o a través de las redes sociales, gracias a nuestra página en Facebook y nuestra cuenta en Twitter. Podrán encontrar la edición en papel en diferentes bibliotecas y centros culturales del país, a los que irá llegando poco a poco la revista desde Oaxaca, como también en futuras presentaciones en otras ciudades. Y, a partir de este mismo momento y desde cualquier parte del mundo, ya pueden leer Avispero en línea, gracias al enlace interactivo que cierra esta entrada o, si lo desean, revisando números anteriores en nuestro sitio digital.

Estamos volcados en dar a conocer este número y agradeceremos todas las sugerencias e impresiones de los lectores para mejorar, pero ya trabajamos en el décimo, que dedicaremos a América Latina y con el que esperamos tejer una red de complicidades por todo el continente para dar un salto en calidad y difusión que prepare el terreno para el ilusionante proyecto editorial que traemos en mente para los próximos años.